Altares en día de muertos

 

Tumba con altar ubicada en el panteón municipal de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
Fotografía de Rafael de J. Araujo González. 2022

Curiosamente el uso de los altares en la tradición católica, judeo-cristiana, está relacionado con la muerte desde sus inicios. En el Diccionario de términos religiosos y litúrgicos (Gracia; pág. 59) menciona que: 

Hubo altares desde los inicios del Cristianismo, aunque es cierto que, en determinados momentos, se utilizaron las sepulturas de mártires destacados que se conservaban en las Catacumbas romanas. Por este motivo, se adoptó la costumbre de conservar reliquias de mártires en todos los altares, tanto en los construidos en piedra, material que fue siempre preferido, o en los que se fabricaban en madera, a la manera de mesas.

A lo largo del desarrollo de la iglesia católica, los altares fueron objeto de culto pues en el altar se realiza el acto de fe y se imparte la cátedra religiosa. Este objeto, en realidad base para separar del piso determinados productos, está vinculado con otras religiones y actos sociales. Sin embargo, para México, y para los países latinos, el uso de las mesas como altares tiene una fuerte carga judeo-cristiana.

La información anterior da muestra de que la tradición mexicana de celebración del día de los muertos, constituida por varios rituales, entre ellos la elaboración y exhibición de altares dedicados a los seres queridos de familias e instituciones, está permeada por un pasado religioso católico. Aspecto curioso porque la celebración mexicana rompe con la formalidad católica.

En Tuxtla Gutiérrez, desde hace varias décadas, en la sede del Muso Regional del INAH, se montan variadas muestras de altares, como se presentan a continuación, realizados en este año 2022 del Señor.


Altares en el Museo Regional de Chiapas.
Fotografía de Rafael de J. Araujo González. 2022

A decir de Antonio Guerrero Aguilar (Calaveras y altares de muertos en la tradición popular mexicana; pág. 13-16), la acción de recordar a los difuntos data de la época prehispánica; que ésta duraba 4 días: uno para los fallecidos antes del parto, el segundo día para los niños y las señoritas, el tercero para las personas adultas y el cuarto para los difuntos que no tienen quién los recuerde.

Por eso, aunque ya no se acostumbra, hay que poner siempre un altar para el difunto desconocido.


Altares en el Museo Regional de Chiapas.
Fotografía de Rafael de J. Araujo González. 2022

Altares en el Museo Regional de Chiapas.
Fotografía de Rafael de J. Araujo González. 2022

Altares en el Museo Regional de Chiapas.
Fotografía de Rafael de J. Araujo González. 2022

Altares en el Museo Regional de Chiapas.
Fotografía de Rafael de J. Araujo González. 2022



Fuentes consultadas:

Guerrero Aguilar, Antonio; 1998; Calaveras y altares de muertos, en la tradición popular mexicana; Universidad Autónoma de Nuevo león; Monterrey, México. Consultado en: http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080099386/1080099386.PDF

Gracia Rivas, Manuel; s/f, Diccionario de términos religiosos y litúrgicos (A-C); Instituto Fernando Católico; Zaragoza, España. Consultado en https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/38/68/_ebook.pdf




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