Publicado en 2020, en la revista La palabra y el hombre, les envío la liga para quienes se interesen en el tema.
https://lapalabrayelhombre.uv.mx/index.php/palabrahombre/article/view/3136
Breve recuento de 4 décadas de ilustrador Héctor Ventura Cruz (1920-2010) fue uno de los artistas tuxtlecos con mayor participación en la prensa de la capital de Chiapas. Desde su regreso a la su ciudad natal, este creador se inserta en el periodismo local como ilustrador cuyas participaciones tenían independencia de la nota escrita. Luego de revisar algunos impresos del siglo pasado, a continuación presento un resumen de sus imágenes publicadas en revistas y libros correspondientes a un periodo que va de 1950 a 1982. Publicado en la revista Chiapas del 15 de octubre de 1950 Publicado en la revista Ateneo de 1956 Publicado en la revista ICACH de 1961 "Bacon", publicado en el libro Curso de lógica, de Eliseo Mellanes Castellanos, publicado en 1964 Dibujo de la colección bajo resguardo del CONECULTA Chiapas, fechado en 1979 Publicado en la revista ICACH , segunda época, no. 4, fechado en 1972 Publicado en el libro Cinco poetas de Chiapas
Un ejemplo de la mano humana afectando el patrimonio natural "Paso Burro, Berriozábal, Chiapas" Fotografía de Rafael de J. Araujo González. 2018 Para la capital de Chiapas, el río Sabinal es un claro ejemplo de la destrucción del medio ambiente por el crecimiento desmedido de las ciudades, por el sistema vigente de máxima utilidad por encima de cualquier valor y por las prácticas de corrupción imperantes entre las autoridades y gran parte de la población. Para las familias tuxtlecas de larga tradición, el río fue un lugar necesario para la existencia cotidiana, fuente de agua potable que se deterioró poco a poco, a veces a pasos agigantados. También fue un centro de ocio y esparcimiento, donde las familias llegaban a bañarse y a pasar momentos de descanso. Berriozábal, Chiapas. Fotografía de Rafael de J. Araujo González. 2018 Con el paso de los años, el río cedió su lugar a otros espacios naturales como lo es el Río Santo Domingo o las "Pozas de Berriozá
Cada vez que regreso a Guatemala la visita al Museo Nacional de Arqueología y Etnología es penitencial. Ejercicio de siempre aprender, de ponerse al día, de recordar un pasado en continuo descubrimiento. La sorpresa inicial fue leer: “Museo de Arte Maya”, letrero que opaca al anterior: “Museo Nacional de Arqueología y Etnología”. La segunda sorpresa sucedió al recorrer las salas de exhibición y comprobar que, quienes proyectaron los cambios museográficos lograron su propósito: invisibilizar la historia y como recinto de arte convertirlo en una gran vitrina de objetos “bonitos”, más dedicada a satisfacer un renglón de la oferta turística manipulada por la eterna élite conservadora-neoliberal, que en contribuir a la educación de los escolares y de quienes acuden en busca de conocer de cerca la historia expuesta. Vanidades ministeriales y obediencia ciega de museógrafos y de algunos “profesionales de lo antiguo”, sepultaron una parte de la historia de Guatemala y la posibilidad de entend
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