Una de las actividades más arraigadas entre la población mexicana es la celebración de la muerte. Bajo el pretexto de darle la bienvenida a niños y demás seres que se han adelantado en el camino de la vida y que han llegado a la meta (la muerte), los días 31, 1 y 2 de noviembre se convierten en verdaderas fiestas celebratorias de la vida, para recordación de nuestros muertos.
Dentro de las actividades, la elaboración de la representación de la muerte es una de las más presentes, ya sea a través de los poemas llamados "calaveritas" o en la producción de imágenes impresas o tridimensionales de la icónica figura popularizada en el siglo XX pero diseñada en el XIX por el grabador Guadalupe Posada.
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Imagen de la muerte expuesta en Querétaro, elaborada con motivo del día de muertos a través de una convocatoria de la Secretaría de Cultura de ese Estado. Fotografía: Rafael de Jesús Araujo González. 2018 |
Como se observa en la fotografía anterior, la representación también es actualizada pero conserva los rasgos propuestos por Posada.
El arraigo entre la población es amplio, es una actividad en la que participan todo tipo de personas y fortalecen los vínculos familiares. La recordación de los muertos se afianza desde las prácticas sociales y se fortalece con la vida comercial, como a continuación podrá observarse en las fotografías siguientes.
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Fotografía: Rafael de Jesús Araujo González. 2018 |
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Fotografía: Rafael de Jesús Araujo González. 2018 |
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Fotografía: Rafael de Jesús Araujo González. 2018 |
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Fotografía: Rafael de Jesús Araujo González. 2018 |
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Fotografía: Rafael de Jesús Araujo González. 2018 |
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