El mercado como conservador de la memoria colectiva
"Pozol" bebida tradicional. Mercado 5 de mayo, Tuxtla Gutiérrez. Fotografía de Rafael de Jesús Araujo González. 2018 |
Gilberto Giménez en "memoria e identidad" (p. 97) resalta la importancia de la memoria en la construcción de la identidad colectiva, es decir, en la forma en que los grupos sociales se van identificando y diferenciando de otros. Un aspecto cultural que, por supuesto, va ligado a la idea de patrimonio cultural.
Pero la memoria colectiva está sujeta a grandes transformaciones porque está vinculada a circunstancias individuales y sociales. Individuales porque son las personas quienes hacen este ejercicio de recordación a la vez que actualizan la información del pasado traída al presente. De ahí que, como dice Peter Burke en Formas de historia cultural señale la importancia del historiador (p. 65):
La visión tradicional de la relación entre la historia y la memoria es relativamente simple. La función del historiador sería custodiar el recuerdo de los acontecimientos públicos documentados, en beneficio de los actores -para darles fama- y en beneficio de la posteridad- para que se aprenda de su ejemplo.
Incluso señala lo que historiadores antiguos decían que escribían la historia para "que el largo curso del tiempo no sumerja hechos de singular importancia por falta de registros, relegándolos así al olvido y borrándolos completamente"
Mercado 5 de mayo, Tuxtla Gutiérrez. Fotografía de Rafael de Jesús Araujo González. 2018 |
Por esta razón, los mercados son espacios necesarios para la conservación de la memoria colectiva, aunque estén en franca confrontación con esos otros espacios comerciales que les hacen ruda competencia: los "malls" o supermercados, también llamados "centros comerciales" o "plazas".
Nada mejor que un mercado para compartir las experiencias cotidianas, para fortalecer los lazos sociales y para tomarse un "break" Fotografía de Rafael de Jésus Araujo González. 2018 |
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