Una visita a un Museo que fue de Arqueología y Etnología. (Dr. Carlos Navarrete Cáceres*)
Cada vez que regreso a Guatemala la visita al Museo Nacional de Arqueología y Etnología es penitencial. Ejercicio de siempre aprender, de ponerse al día, de recordar un pasado en continuo descubrimiento. La sorpresa inicial fue leer: “Museo de Arte Maya”, letrero que opaca al anterior: “Museo Nacional de Arqueología y Etnología”. La segunda sorpresa sucedió al recorrer las salas de exhibición y comprobar que, quienes proyectaron los cambios museográficos lograron su propósito: invisibilizar la historia y como recinto de arte convertirlo en una gran vitrina de objetos “bonitos”, más dedicada a satisfacer un renglón de la oferta turística manipulada por la eterna élite conservadora-neoliberal, que en contribuir a la educación de los escolares y de quienes acuden en busca de conocer de cerca la historia expuesta. Vanidades ministeriales y obediencia ciega de museógrafos y de algunos “profesionales de lo antiguo”, sepultaron una parte de la historia de Guatemala y la posibilidad de entend