La bicicleta (de la serie 43)

Rafael de J. Araujo González

Extraño mi bicicleta. Con ella pude acercarme a Magdalena, aquella niña de ojos negros, llenos de promesas oscuras y perversas que solía encontrar mi mirada con una sonrisa en sus labios, sí entreabiertos, sensuales. Siempre provocativa.
Ella me pidió ir a Iguala esa fatídica noche de septiembre. Para convencerme dijo que iba a dejarme conocer los secretos, que ella sería mi instructora, especialmente en el viaje de esa noche, así fue como me lo dijo.
Desgraciadamente ella no alcanzó lugar, se quedó a monitorearnos, prometió esperar nuestro regreso. El mío, pensé, sólo mi regreso.

Con un poco de tierra en mi cara y en mis labios pienso en mi bicicleta, se vuelve borrosa, se confunde con el polvo y la arena, con la eternidad y con Magdalena.
foto de Rafael Araujo

Comentarios

  1. Si el tiempo pudiese pararse. Que preferiría ? La biblioteca o a Magdalena?
    Quizá, el recuerdo .... vale más que ambas .

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